Este hábito determina cómo utilizamos nuestro tiempo. Lo importante es lo que contribuye al logro de nuestras metas, lo que debemos hacer. Urgente es aquello que nos presiona a hacerlo, por ejemplo los timbres. Podemos clasificar las actividades en cuatro cuadrantes:
Primer cuadrante: Es lo importante y también urgente. Los llamamos problemas, crisis o incendios, y deben ser atendidos para que sobrevivamos.
Segundo cuadrante: Es lo importante pero no urgente, está relacionado con nuestra misión, pero sin tener ese sentido de apremio. El desarrollo de este cuadrante permite ir planificando y organizando nuestras actividades en base a lo verdaderamente importante, lo que conduciría a reducir gradualmente el primer cuadrante. Lo que más nos importa nunca debe estar a merced de lo que menos importa.
Tercer cuadrante: Es urgente, pero no importante. Es presionante, como las llamadas personales innecesarias, son las interrupciones, las actividades como escuchar a esas personas que van por la vida quejándose de sus desgracias.
Cuarto cuadrante: Ni urgente ni importante, actividades como ver televisión, fumar, leer novelitas, conversar tonterías.
Es importante dedicar más tiempo al cuadrante dos, para que no crezca el cuadrante uno y nos consuma la administración por crisis. El tiempo para el segundo cuadrante debe salir de los cuadrantes tercero y cuarto, aprendiendo a decir agradable y amablemente NO a los cuadrantes 3 y 4.
Para trabajar en el cuadrante dos debemos ser proactivos, somos hechos para actuar y no para que actúen sobre nosotros. Trabajar en el cuadrante 2 es atender aspectos tales como:
- Crear relaciones profundas y duraderas.
- Ejercicio.
- Planificar y organizar.
- Desarrollo personal.
- Educación continua.
- Profundizar lo aprendido.
- Enseñar.
Es conveniente contar con una herramienta de autoadministración del cuadrante dos que sea coherente, equilibrada, flexible, humana y portátil.
Una actividad de suma importancia para alcanzar las metas es la delegación. De esta existen dos tipos básicos:
- La delegación en recaderos.- Esta se centra en los métodos, y por lo tanto exenta de responsabilidad al recadero.
- La delegación en encargados.- Esta se centra en los resultados y no en los métodos. Permite a las personas elegir sus métodos y las hace responsables de los resultados. Requiere invertir tiempo, supone la comprensión clara y el compromiso mutuo acerca de las expectativas en cinco áreas:
- Resultados deseados: Identificar lo que hay que hacer y cuándo.
- Directrices: Parámetros dentro de los cuales debe operar el encargado.
- Recursos: Identificar el apoyo económico, humano, técnico u organizacional con el que se puede contar para que ayude a alcanzar los resultados.
- Rendición de cuentas: Se refiere a los patrones y momentos de evaluación.
- Consecuencias: Especificar lo bueno y malo que sucede y sucederá, como resultado de la evaluación.
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